La votación sobre la inclusión del impuesto al tabaco en la ley ómnibus ha exacerbado las tensiones dentro del bloque peronista, donde 21 diputados optaron por votar a favor, sorprendiendo tanto a oficialistas como opositores aliados.
La maniobra fue liderada por Nicolás Massot, Pamela Calletti y radicales, recibiendo sorpresivo apoyo de legisladores kirchneristas como Hugo Yasky, Carolina Gaillard y Agustina Propato, entre otros. Este hecho generó nuevas quejas por falta de discusión y déficit de conducción dentro del bloque.
La votación evidenció una división notable dentro de UP, con un grupo mayoritario de legisladores que se abstuvieron, incluyendo a figuras como Máximo Kirchner, Fernanda Ávila y Leila Chaher, entre otros.
La situación refleja una aguda crisis interna en el bloque, exacerbada por la ascensión del partido La Libertad Avanza y la falta de cohesión política.
El bloque peronista ha enfrentado desafíos para mantener su unidad frente a la presión de La Libertad Avanza y las tensiones internas. A pesar de acciones para cauterizar heridas y evitar divisiones, como la creación de una mesa federal y reuniones estratégicas, la votación del impuesto al tabaco ha expuesto aún más las grietas en la unidad del bloque.
La votación del impuesto al tabaco también ha afectado la relación entre algunos líderes del bloque, como Menem y Cristian Ritondo, evidenciando un enfriamiento en su sintonía. La falta de espacios de negociación y la holgada supremacía libertaria en la votación han generado cuestionamientos sobre la estrategia y conducción del bloque peronista.