El gobierno liderado por Javier Milei optó por suspender el desfile anual de los veteranos de la Guerra de Malvinas, programado para el 2 de abril, con el fin de ahorrar los recursos financieros requeridos para llevar a cabo la ceremonia.
Esta medida ha generado críticas y ha sido interpretada como parte de un proceso de “desmalvinización”, donde se minimiza la importancia histórica y simbólica del conflicto en la identidad nacional.
Este desfile no solo es un acto de homenaje a los caídos y veteranos, sino también una forma de mantener viva la memoria histórica y el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.