Los gremios sindicales, en una reunión en Casa Rosada, decidieron convocar a un paro general para el 9 de mayo, junto con una movilización el 1° de mayo por el Día del Trabajador. Este anuncio le otorga al gobierno un margen para negociar, ya que se esperaba una medida de fuerza más inmediata.
Guillermo Francos, Nicolás Posse y Santiago Caputo se reunieron con líderes de la CGT para discutir sobre posibles cambios en la legislación laboral, lo que indica un intento de diálogo por parte del gobierno. Sin embargo, el gobierno desconocía la decisión de la CGT y había sugerido que no habría anuncio de paro.
Los gremios más dialoguistas prevalecieron sobre los más combativos, como Camioneros, quienes buscaban una huelga inminente. Este será el segundo paro general bajo el gobierno, lo que resalta la creciente tensión entre las centrales sindicales y la administración actual.