El escándalo en la Cámara de Diputados tras la votación del capítulo del tabaco de la ley ómnibus ha generado una situación delicada.
Se investiga si hubo adulteración en el resultado de la votación, con más abstenciones de las registradas y votos que no fueron contabilizados correctamente.
El bloque peronista ha abierto una auditoría interna para esclarecer el caso, ya que de haberse registrado los votos correctamente, la votación habría resultado en empate, requiriendo la intervención del presidente de la Cámara, Martín Menem, para desempatar.
El PRO también ha puesto a sus abogados a revisar la votación para asegurarse de que no haya habido manipulación.
La adulteración de la votación podría tener consecuencias legales graves, incluyendo denuncias por falsificación de instrumento público y falsedad ideológica, además de la impugnación de la ley y su judicialización.