La postura belicosa del Seyed Abdul Rahim Musavi al afirmar que las operaciones “Tormenta de Al-Aqsa” y “Promesa Verdadera” acelerarán la “destrucción” de Israel, es altamente controvertida y preocupante.
Este tipo de retórica inflamatoria solo sirve para aumentar las tensiones en la región y dificultar cualquier posibilidad de diálogo y paz.
Además, hablar abiertamente sobre la destrucción de otro país es irresponsable y contraproducente para cualquier esfuerzo diplomático.
En lugar de contribuir a la estabilidad y la seguridad regional, este enfoque solo alimenta la hostilidad y puede llevar a una escalada de conflictos.
La paz duradera solo se logrará a través del diálogo, la negociación y el respeto mutuo entre todas las partes involucradas.