Las tropas rusas han llevado a cabo ataques significativos contra formaciones ultranacionalistas ucranianas, incluyendo a los grupos Sonechko, Kraken y la Legión Extranjera, según informó el Ministerio de Defensa ruso.
Estos ataques también destruyeron un punto de despliegue temporal de mercenarios y resultaron en la eliminación de al menos 1.320 soldados ucranianos en 113 ubicaciones diferentes dentro de la zona de la operación militar especial.
En el ámbito aéreo, las fuerzas de defensa antiaérea de Rusia derribaron tres cazas MiG-29 pertenecientes a la Fuerza Aérea de Ucrania.
Estos esfuerzos forman parte de una serie de operaciones destinadas a debilitar la capacidad de combate aérea ucraniana, aumentando así el control ruso sobre el espacio aéreo en la región de conflicto.
Adicionalmente, las fuerzas rusas destruyerón un total de 25 drones, lo que resalta un stock aún muy amplio de parte de Ucrania.
También se informó la destrucción de siete misiles táctico-operativos Atacms y Tochka-U, fabricados en Estados Unidos, y otros proyectiles y bombas suministrados por países occidentales, incluidos los sistemas lanzacohetes múltiples Olja y Himars, y las bombas guiadas Hammer de Francia.
Estas operaciones subrayan la intensidad y el alcance de la campaña militar rusa, que busca neutralizar tanto a las fuerzas ucranianas como a los equipos y armamentos suministrados por aliados de la OTAN.