Funcionarios de la Administración Biden han confirmado que Ucrania podrá utilizar armamento estadounidense para llevar a cabo contrataques dentro de Rusia, en defensa de Járkov.
Esta decisión, descrita por ‘The New York Times’ como histórica, marca la primera vez que un presidente estadounidense permite respuestas militares limitadas dentro de las fronteras de un adversario con armas nucleares.
La Casa Blanca ha calificado esta decisión de estrecha, permitiendo ataques preventivos o en respuesta a bombardeos rusos cerca de Járkov, aunque las implicaciones son considerablemente amplias.
La reacción rusa ha sido de advertencia.
Andréi Kartapólov, jefe del Comité de Defensa de la Duma, afirmó que si bien la operación militar especial de Moscú en Ucrania no se verá afectada, surgirán nuevas amenazas para Estados Unidos. Kartapólov indicó que Rusia responderá de forma asimétrica pero sensible si se eleva el grado de escalada.
Previamente, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que los representantes de la OTAN deben ser conscientes de los riesgos al permitir a Kiev atacar objetivos dentro de Rusia con sistemas de misiles occidentales.
A pesar de las declaraciones y rumores, hasta el 31 de mayo ni el Pentágono ni la Casa Blanca han confirmado oficialmente esta postura.
Sin embargo, medios como CNN, NBC, y Reuters han informado sobre la orden de Biden para que Ucrania pueda utilizar armas estadounidenses en la región de Járkov. La situación ha generado una significativa preocupación internacional sobre las posibles consecuencias de esta nueva fase en el conflicto ucraniano.