El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló que su administración está preparando una propuesta para unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.
Lula destacó la sinergia entre los intereses chinos y las necesidades de infraestructura de Brasil, expresando disposición a unirse al proyecto si trae resultados tangibles para el país. Esta es la primera vez que el gobierno brasileño discute abiertamente la posibilidad de unirse a esta iniciativa, a pesar de las numerosas invitaciones previas de China.
Históricamente, Brasil ha sido uno de los mayores receptores de inversiones chinas, pero ha mostrado reticencia a unirse a la red de comercio e infraestructura centrada en China, temiendo alienar a sus socios occidentales.
La preocupación es que la adhesión podría interpretarse como un alineamiento automático con China.
Sin embargo, Lula busca evaluar qué beneficios concretos puede obtener Brasil de su participación.
En junio, se había especulado que el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, finalizaría la adhesión durante una visita a Pekín, pero Alckmin aclaró que solo estaba en discusión. China ha enfatizado que la decisión final recae en el gobierno brasileño y que no hay una fecha límite impuesta.
Con motivo del 50 aniversario de las relaciones bilaterales entre Brasil y China, el presidente Xi Jinping asistirá a la cumbre del G20 en Río de Janeiro en noviembre, lo que podría impulsar aún más las discusiones sobre la participación de Brasil en la Iniciativa de la Franja y la Ruta.