Los últimos datos oficiales ubican a Argentina, con un salario mínimo de u$s 200,80, detrás de Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela. Esto plantea desafíos económicos y sociales para el país.
El bajo salario mínimo en Argentina puede afectar la atracción de talento extranjero y aumentar la precariedad laboral. Mientras algunos sectores podrían aprovechar costos laborales más bajos, esto podría generar desafíos en la calidad de vida de los trabajadores y la estabilidad laboral.