En el evento de Kicillof en Ensenada y Avellaneda, se evitó cualquier enfrentamiento directo con la figura de Cristina, mientras que en Quilmes, esta última ofreció un discurso contundente con críticas hacia el gobierno de Milei y reflexiones sobre la situación económica del país.
Kicillof, centrando su discurso en la construcción de liderazgos y la defensa de los intereses del pueblo, optó por no entrar en confrontación directa con Cristina. En cambio, enfocó sus críticas en la gestión de Milei, destacando los peligros del liberalismo de ultraderecha y la importancia de la movilización ciudadana en defensa de los derechos.
Por su parte, Cristina Kirchner, en su primer discurso público en meses, criticó la celebración del superávit fiscal por parte del gobierno, argumentando que esto no aborda los verdaderos problemas económicos del país.
Además, cuestionó la gestión de Milei y comparó su modelo con el plan de estabilización de Menem, enfatizando la necesidad de un enfoque más integral y progresista.
La ex presidenta también instó al gobierno a legitimar su gestión a través de resultados tangibles y advirtió sobre los peligros de un modelo económico extractivista.
Asimismo, hizo un llamado a la unidad dentro del peronismo, criticando las divisiones internas y llamando a evitar la confrontación entre compañeros.
El discurso de Cristina Kirchner, sin hacer referencia a Kicillof, insinúa una posible disminución de las tensiones entre las facciones internas.
Mientras tanto, la sociedad argentina sigue siendo testigo de un debate político marcado por diferencias ideológicas y estratégicas, con implicaciones significativas para la defensa del país.