El gobierno argentino logró la aprobación de la ley ómnibus en diputados gracias al apoyo mayoritario de los gobernadores y algunos partidos aliados, mientras que la oposición, liderada por el peronismo y la izquierda, se opuso.
Aunque los radicales de Manes se abstuvieron, el oficialismo consiguió el respaldo necesario con 142 diputados.
Sin embargo, la eliminación de una cláusula sobre desmovilización de soldados durante la guerra generó controversia entre los opositores, quienes criticaron la falta de apoyo hacia los militares y sus familias.
La votación en general fue seguida por una intensa disputa sobre los artículos más conflictivos, con el oficialismo defendiendo la privatización y las facultades delegadas.
La estrategia del gobierno para mantener la cohesión y evitar el fracaso de la sesión incluyó la negociación con aliados y el llamado a diputados ausentes. A pesar de intentos de la oposición por frenar la ley, el oficialismo mantuvo el control de la situación y logró la aprobación.
El cierre del debate estuvo marcado por discursos apasionados de diferentes sectores políticos, con la oposición criticando duramente el proyecto y el oficialismo defendiendo sus objetivos de reforma estatal.
La votación final reflejó la polarización política y la intensidad de las negociaciones entre los distintos bloques, con el gobierno celebrando una victoria legislativa importante. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre el impacto y la implementación de esta amplia legislación en el país.