La disputa entre el periodista Peronista Roberto Navarro y La Cámpora alcanzó un nivel máximo de tensión.
Navarro acusó a la agrupación de intentar destruir sus medios, señalando operaciones a través de Clarín y presiones para sacarlo de la cablera de Telecentro debido a sus opiniones críticas.
Además, denunció que La Cámpora cuenta con medios propios, incluyendo una radio cuyos sueldos se pagan en negro y en efectivo, y sugirió la existencia de acuerdos financieros con Javier Milei.
Navarro expresó su indignación, rechazando las presiones y acusaciones de La Cámpora, y advirtió que no se dejará intimidar por ellos, comparándolos con las presiones recibidas durante el gobierno de Macri.
Criticó el uso de Clarín para atacar a El Destape y cuestionó la moralidad de un peronista que paga sueldos en negro.
La tensión entre Navarro y La Cámpora se intensificó a medida que el periodista tomaba distancia de Cristina y Máximo Kirchner para respaldar a Axel Kicillof.
La negativa de El Destape a transmitir un acto de Cristina en Quilmes exacerbó los conflictos internos, aumentando la hostilidad entre Navarro y la agrupación kirchnerista.