Según informes del NDB, Rusia ha extendido invitaciones a Siria y Bolivia para unirse a BRICS, mientras que China ha invitado a Zimbabue, Cuba y Camerún.
En el centro de la agenda de BRICS está la ambición de promover la desdolarización, un esfuerzo concertado para reducir la dependencia del dólar estadounidense en el comercio y las finanzas internacionales, diversificando las reservas de divisas y explorando mecanismos de pago alternativos.
Sin embargo, la expansión de BRICS no está exenta de desafíos. Los posibles nuevos miembros pueden enfrentar presiones políticas internas y preocupaciones sobre alinearse demasiado estrechamente con Rusia y China, ambos países criticados por las potencias occidentales por sus políticas internas y comportamiento internacional.