Las ventas de soja en Argentina han alcanzado su nivel más bajo en nueve años debido a condiciones climáticas adversas y precios desalentadores.
Las lluvias excesivas en los últimos meses han retrasado la cosecha, afectando el ritmo de comercialización. Hasta inicios de mayo, solo se había vendido el 31,3% de una cosecha prevista de 49,7 millones de toneladas, el nivel más lento en más de nueve años.
El retraso en la cosecha también se debe a la incertidumbre sobre la calidad de los granos por el exceso de agua, lo que ha añadido otro obstáculo a las tareas rurales. Según datos oficiales, hasta mediados de mayo, los agricultores habían recolectado el 61% del área sembrada con soja, 11 puntos porcentuales menos que el ciclo previo.
El desplome en los precios internacionales de la soja ha contribuido significativamente a la contracción en la oferta del grano. A fines del año pasado, el precio de referencia en Argentina estaba cerca de 350 dólares por tonelada, pero actualmente ronda los 310 dólares.
A pesar de una reciente mejora en los precios, muchos productores optan por vender otros productos, como trigo y legumbres, en lugar de soja, esperando que los precios suban debido a pérdidas significativas en Brasil.